16 diciembre 2005

El Perú de Nicolás Yerovi

Había una vez un país
Lo más loco y divertido,
Donde por cierto desliz
De un pueblo muy distraído
Siempre salía elegido
Sino un burro, un aprendiz,
Un cobarde percudido
O un ratero sin nariz.

Todos ellos animales
Al comienzo inofensivos,
Pero siempre a las finales
Muy grotescos y abusivos.
Por ejemplo, Alan Mantilla,
Que vistiendo siempre terno
Nos hizo a todos papilla
Y dejó el Perú hasta el perno.

Cuando entró estaba a doce
Intis el dólar más misio.
Y la historia reconoce
Que a cinco años de ese inicio
Un millón de intis costaba
Ese dólar, ¡qué estropicio!,
Fue lindo, un chicle costaba
Lo mismo que un edificio.

Y por si esto fuera poco
De inmediato fue elegido
Un ponja desconocido
Que nos robó como loco,
Y aliado con un pelado,
Que era un ladrón consumado,
Coimeó hasta un burro preñado
Y lo dejó bien grabado.

Zonzedo vino después,
Con sus quinientos parientes,
Prometió que de una vez
Nos curaba hasta los dientes,
Y fue algo maravilloso
Pues sin gracia y con lisura,
Rodeado de pirañosos,
Nos dejó sin dentadura.

Si Carlos Ferrero Costa
Es Caro Ferrero Cuesta,
Porque vive a nuestra costa
Y es mucho lo que nos cuesta,
A don Fernando Olivera
Fernando Mongolivera
Deberíamos llamarlo,
Muy poco antes de internarlo.

Hay un gordito también
De aspecto muy poco usual,
Que cree que habla muy bien
Y el pobre es un animal,
Tiene una facha hasta el cien
Guspavo Pacharacheco
Y es un pata que hasta el tren
Ya perdió por patuleco.

Y no sigo enumerando
Nuestras glorias más recientes,
Pues uno acaba llorando
Y eso es muy feo sin dientes,
Además la lista es larga
Y no hay papel suficiente
En el mundo, de repente,
Donde pueda registrarla.